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19 de julio de 2020 à 22:17

Mal día

Dos amigos del club han dejado de estar entre nosotros

Este pasado sábado 18 de Julio hemos tenido que despedir a dos personas que de una manera u otra han formado parte de la historia de nuestro club.

Una de ellas es Marisol, una de las pioneras de nuestro club,  quien formara parte de los primeros equipos del club. Desde la posición de portera escribió los inicios de la historia de los cuarenta años del club, comenzando su andadura en el Colegio Inocencio Sosa.

Antonio Otazo Padrón nació en La Orotava (Tenerife) el día 10 de Agosto de 1929. En su isla natal cultivó la pintura de forma autodidacta y la música, que heredó de sus ascendientes paternos.  Fue un joven rebelde e inquieto  y de personalidad muy peculiar, que destacó por sus aptitudes innatas para la música. En 1954, cuando contaba con 25 años de edad emigró en solitario a Venezuela. Al legar allí, se instala en Cagua, Estado de Aragua, donde comienza a desarrollar sus ansias tanto por las artes plásticas como por la música, realizando innumerables exposiciones pictóricas y escultóricas. Además, ejerce de profesor de guitarra en la escuela de música de la Sociedad Amigos del Arte de Cagua.  Su obra salta a la internacionalidad cuando en 1979 viaja a México y expone en salas de arte en varias  ciudades importantes de este país. A partir de ese momento el fenómeno “Otazzo” se extiende paulatinamente por todo el mundo hasta la actualidad. Toda América Latina, Estados Unidos, Canadá y Europa son testigos hoy en día de su capacidad creativa y su obra permanecerá en las respectivas colecciones como testigo de su legado personal, humanitario  y artístico.   Este  polifacético genio del arte, nacido en La Orotava, considerado por los entendidos, el "Dalí de América", desarrolló un estilo artístico único y peculiar por los motivos que abarcó a lo largo de su extensa carrera. Un estilo que anduvo a caballo entre el expresionismo y el  impresionismo, con una técnica única que el mismo fue desarrollando con el paso de décadas de investigación, que lo llevaron a convertirse en uno de los más célebres muralistas de finales del siglo XX  y principios del siglo XXI en América.

Durante su estancia en Tenerife a partir del año 2002, tuvo a bien donar uno de sus cuadros pintados en Venezuela al Club Balonmano Perdoma que pasaba por momentos delicados de financiación. Ésta donación se hizo efectiva a través de su amigo el escultor Cristo Quintero, fiel seguidor de nuestro club. El  cuadro representa a un caballo y a un unicornio de cuerno rojo galopando. El mismo fue entregado en una  pequeña ceremonia muy emotiva y aplaudida por  toda la familia del club allí prsente, en el previo de un partido de la 1ª División Nacional de Balonmano Femenino el 2 de Junio de 2004.

Toda la familia del Club Balonmano Perdoma envia sus condolencias a familiares y amigos, con el recuerdo y reconocimeinto a dos personas que han formado parte importante de cuatro décadas de historia del balonmano perdomero.

 

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